El caso de este hombre demuestra que todos tenemos un don milagroso el cual hay que descubrir
Una vida que muestra la transformación de los dones recibidos en generosidad y labor fecunda. Una existencia que trasciende las manos milagrosas de este excepcional neurocirujano para llegar al mismísimo corazón del sentido del trabajo, de la pasión por servir y hacer el bien.
Benjamín Carson nació en Detroit, Michigan, el 18 de septiembre del 1951. Su infancia fue realmente azarosa, pues su madre Sonia, al descubrir que su marido tenía otra familia y que vendía drogas, tomó la decisión de divorciarse. Ben tenía apenas ocho años de edad.
Esta breve experiencia fue suficiente para la madre de Ben. En ese momento intuyó con toda claridad los pasos a seguir con sus hijos. Así fue que tomó una sencilla pero trascendental decisión que habría de cambiar el futuro de los niños: condicionarles la televisión, la cual veían desmesuradamente; también se negó a dejarlos salir a jugar hasta que hubiesen terminado la tarea de cada día.
Testimonio de vida
Ben es ejemplo de entrega para los jóvenes del mundo entero, él demuestra que, en ocasiones, aquellos que tienen más posibilidades de salir adelante —por la abundancia de los recursos— se quedan en el camino, y esos que menos oportunidades tienen para triunfar, terminan asombrando a propios y extraños.
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